"Solidaritat és el gran principi moral d´ajuda mútua entre els homes, que supera el concepte humiliant de caritat cristiana" (Víctor Drury)

 

Vet aquí que aquest Agost em deixare caure alguns dies per Japo, concretament a Tokio.

 

Doncs tenint en compte que nomes hi estare 3 dies, he decidit que hauré d'anar per feina, o sigui que m´he posat a buscar com un desesperat tota mena d’informació que em pugui ser útil per aquelles contrades.

 

I buscant buscant per internet vaig anar a parar a una pàgina més que interessant .

 

 La pàgina en questió és http://www.tokyonikki.com. La veritat és que és una de les webs mes bones que he vist a nivell de continguts, ja que dona molta informació sobre Japó i en concret sobre Tokio. És una web d’un madrileny que va conseguir una beca per treballar en un laboratori de biologia d’una Universitat de Tokio. I la pàgina no és més que un diari personal on va comentant totes les seves experiències i les coses que li van cridant més l’atenció en el seu periode d’integració a la capital nippona. Ell justifica la creació de la pagina en el sentit que així no haura d’estar trucant o enviant mails per donar noticies a la family i als col.legues cada 2x3. La idea no esta mal.

 

Però el millor, es que el tiu escriu forca be, te sensibilitat cultural, s’integra be i es bastant detallista.

 

Aixi que us deixo un resum que he fet (a base de copy-pastes i classificant una mica) dels 2 anys en els que la pagina ha estat activa. Hi podreu trobar seccions molt completes sobre :

 

1) Com son els japos

 

2) Barris de Tokio

 

3) On i que menjar a Tokio

 

4) Publicacions i revistes

 

5) Llocs per sortir

 

6) Cinema

 

7) Events especials i festes tipiques,....

 

 De fet, aquesta web m´ha fet adonar que una bona manera d’informar-se per viatjar a algun lloc pot ser buscar pagines que siguin diaris personals d’algú que porti vivint allà uns quants anys. Al cap i a la fi, acaba sent com una guia però més propera.

 

 

Barris de Tokio

 

 

Harajuku

 

En Tokyo yo también tenía elegido el sitio donde me gustaría vivir. Digo tenía porque en unos meses ya no estará. Hace una semana comenzaron las obras de demolición.

 

El sitio en cuestión eran unos bloques de edificios en el barrio de Harajuku, muy cerca de Shibuya, llamados Dojunkai Aoyama Apartments.

 

Lo que más me duele es que estos edificios eran HISTÓRICOS.

 

Fueron construidos dos años después del gran terremoto de Kanto de 1923 que prácticamente dejó en ruinas a toda la ciudad de Tokyo. Ante la escasez de vivienda, el gobierno decidió construir casas de apartamentos en vez de casas individuales, por ser la alternativa más económica. Dojunkai Aoyama Apartments fueron el primer bloque de edificios construidos en Tokyo.

 

Más tarde, con ocasión de los Juegos Olímpicos de Tokyo de 1964, fueron usados como Villa Olímpica para los atletas.

 

En la actualidad, poca gente vivía en ellos, ya que muchos de los pisos se reconvirtieron en pequeñas y alternativas galerías de arte, peluquerías de diseño, o estudios de todo tipo de artistas.

 

Pero lo mejor era ese aire de dejadez que tenían. Entre la maraña de acero, cristal y hormigón que es hoy día Tokyo, estos edificios representaban el aroma de la vieja Europa, la decadencia de preciosas ciudades como Lisboa, o el encanto de los edificios de estilo industrial de Londres.

 

Todo esto se perderá. Su lugar será ocupado por un edificio High Tech diseñado por Tadao Ando, uno de los más importantes arquitectos japoneses. Y el centro de cultura que era será sustituido por Louis Vuitton, Chanel, Versace,... en la linea de lo que se ha convertido la Avenida Aoyama.

 

Roppongi

 

Los gaijin (extranjeros) disponen de su propio barrio (Roppongi) y sus propias tiendas de comida, libros, ropa, peluquerias, colegios, bancos... y cualquier servicio que puedan necesitar, perfectamente atendido en un correcto inglés. Se podría decir parafraseando aquel eslógan de "La 2", que los anglosajones en Tokio son una "inmensa minoría". Las grandes minorías son los Chinos, Coreanos y brasileños (de mayor a menor), aunque en comparación con los habitantes de lengua inglesa, parecen no existir.

 

Hay dos tugurios de mala muerte en Roppongi, la zona de marcha por excelencia de la (enorme) comunidad "guiri" de Tokyo. Uno es el Gas Panic y el otro es el Propaganda. Bueno, en realidad todos los garitos en Roppongi son iguales, esto es, miles de japonesas buscando novio extranjero que les enseñe inglés, francés, o lo que se tercie. Quizás alguno de ustedes lo pasaría genial por Roppongi...

Akihabara

 

Akihabara, también llamada "la ciudad de la electrónica" es un famoso barrio de Tokio dedicado exclusivamente a la venta de aparatos de alta tecnología, y a todo tipo de mangas y películas que hacen las delicias de los freaks locales (otakus).

 

Okachimachi

 

"barrio del calzado"

Harajuku

 

Harajuku, uno de los barrios más cool (con permiso de Shimokitazawa, Nakameguro y Hachioji) para asistir a un evento con la presencia de Mike Mills. El caso es que una tienda de esas fashion le había invitado a Tokio para promocionar su nueva línea de diseños de camisetas, un DVD con sus trabajos llamado "Lets be Human Beings", y en definitiva para hacer algo de publicidad. La fiesta en la tienda era una especie de introducción para una fiesta en una discoteca que habría después, y en la que previo pago, se podría obervar en directo como trabaja Mike Mills. Aunque era gratis, mucha gente luciendo el palmito, tanto japoneses como extranjeros, aparte de algún perdido que sin quererlo se había encontrado en medio de un evento donde daban bebida y comida gratis.

 

La semana pasada fui a Harajuku (el barrio "fashion" por excelencia) para ver si podía hacerme con algo de ropa en condiciones. La primera tienda que visité es uno de mis clásicos. Una tienda donde te venden los restos de colecciones de marcas de moda a precio de saldo. Generalmente siempre hay buenas gangas, que en rebajas se habían multiplicado.

 

Pero el problema en Japón no está en encontrar algo bonito, sino algo que sea de tu talla. No es que yo sea un gigante, simplemente soy un poco más alto que la media japonesa. El problema es que los japoneses apenas tienen culo, y los pantalones que parecen que te van fenomenal de largo, a la hora de probartelos descubres con resignación que no entras en ellos. Con camisetas no hay problema, pero con camisas es difícil encontrar una que no te provoque estar permanentemente encogido de hombros, o tener las mangas de la camisa estilo Enrique Iglesias.

 

Frustado por no encontrar nada de mi talla, encontré por fin la "tienda". Si, esa tienda con la que conectas a la perfección, y deseas comprarte todo lo que tienen. Llevaba mucho tiempo buscándo ese tipo de tienda en Tokyo. Por supuesto hay tiendas de ropa extranjera que figuran entre mis favoritas, como APC y Marithe, pero me faltaba encontrar una tienda de ropa japonesa que me enganchase.La marca en cuestión es "CALLE".

 

Harajuku y Shimokitazawa

 

En las zonas de Harajuku y Shimokitazawa se concentra probablemente el mayor número de tiendas de ropa de segundamano del mundo. Hay desde pequeñas tiendas, a grandes hipermercados de la ropa de ocasión que ocupan hasta dos plantas de modernos edificios. Entre sus clientes, no hay pobres vagabundos o jóvenes tirados, sino modelos, gente famosa y no tan famosa, que busca y rebusca entre ropa perfectamente ordenada la prenda más kawai, o la que marcará tendencias la próxima temporada. Quizás la calidad no sea perfecta, pero es mucho más barato que comprarlo nuevo.

 

 

Shibuya

 

Shibuya es una zona famosa por sus tiendas de discos y parada obligatoria para cualquier DJ

 

Hasta hace unos años, Shibuya era el barrio de Tokio paradigma de la juventud, la moda, y escaparate de numerosas brechas generacionales. En sus calles, tiendas de ropa, karaokes, bares, discotecas y un sinfín de ofertas de ocio tomadas por los más jóvenes japoneses y sus depredadores... Shibuya, con sus grandes pantallas de televisión, iluminación caótica y jóvenes "modernos", era el escenario favorito de los periodistas extranjeros, que tras un paseo por el barrio concluían categóricamente el cambio de la sociedad japonesa, la búsqueda de la individualidad, y más tópicos rotos por otro superficial tópico más.

 

A día de hoy, Shibuya afronta un nuevo cambio pero no generacional. En sus calles, los restos de modas pasadas permanecen como una atracción más de una barrio tomado por los extranjeros. El cambio no es nuevo. Poco a poco, clubes de Roppongi se instalan en Shibuya, intentando crear un nuevo gueto en una zona frecuentada obligatoriamente por la comunidad internacional. En la inmensidad de Tokio, Shibuya es un pueblo donde puedes encontrarte a ese amigo de la infancia, o ir saludando a compatriotas como si de un tiovivo se tratase.

 

Shibuya es una encrucijada, que ocupa el centro del corazón más "fashion" de Tokio. Por un lado, Harajuku y Aoyama, escaparate de tendencias; al otro, Daikanyama y Naka-meguro, zonas refinadas donde la moda alternativa es consumida por gente con posibles; y Shimokitazawa, la opción barata y alternativa, verdadera cocina de tendencias donde se preparan los platos que se servirán en Harajuku primero, y que tras un barniz comercial se comercializarán en Daikanyama después. En medio, un barrio que no es más que un enorme kilómetro cero, en busca de una identidad por encima de vaivenes sociales.

 

Ginza

 

Para muchos, Ginza es el barrio del lujo. La famosa milla de oro de Tokio, se reparte entre este barrio y los alrededores del famoso cruce Omotesando-Aoyama. Sin embargo, Ginza es también el glamour y el recuerdo de un barrio que nació a imagen y semejanza de algunos barrios europeos. El mármol, la piedra y demás acabados elitistas han preservado alguno de los edificios más antiguos y emblemáticos de Japón, que aún se conservan. Un vistazo a algunas de las fotografías y películas antiguas de Japón, y sólo la fisonomía de Ginza es visible entre la neblina de tonos sepia y grueso blanco y negro.

 

Cuando los escaparates de Ginza echan el cierre, comienza el mercado de la carne. Un mercando de exquisiteces, donde una cara bonita poco tiene que hacer si es incapaz de mantener una conversación inteligente con alguno de los adinerados empresarios o políticos que frecuentan estos exclusivos clubes de alterne.

 

Arte y sexo nunca habían estado tan cerca. Y es que la otra cara de Ginza, es la de meca del arte en Tokio. En sus calles, 114 galerías de arte luchan por conquistar el corazón de algún filantrópico mecenas. Perder la tarde en Ginza armado de un mapa y direcciones es una opción barata (todas las galerías son gratis) y recomendable para pulsar el arte japonés. El arte no se encuentra en bohemios barrios ni en destartaladas galerías. El arte se envuelve, se promociona y se presenta convenientemente socializado en lugares donde pueda ser comercializado. No es algo nuevo. En Madrid, la mayor concentración de galerías de arte se sitúa en la prolongación Barrio de Salamanca - Retiro. Zapatos de tacón y perfumes franceses establencen vínculos imaginarios entre cafés y galerías, mostrando la frivolídad de un comercio, el del arte, que en Ginza parece compartir locales y algo más con el de la "carne"...

 

Para no perderse, TOKYO ART BEAT es la mejor herramienta para estar al día sobre galerías y eventos. Un increíble site cuyo formato debería ser exportado a otras ciudades.

 

 

Com son els japos

 

1) La capacidad de los japoneses para dormirse en lugares insospechados es asombrosa. Por las mañanas, en los colapsados andenes de metro, ves cientos de japoneses de pie, con los ojos cerrados, y balanceándose suavemente al ritmo de un compás colectivo, como cañas de bambú mecidas por un mismo viento. Cuando se acerca el metro, de súbito abren los ojos, y en menos de una fracción de segundo ya están listos para matar -si hace falta- con tal de conseguir un asiento. Tras el subidón de adrenalina, de nuevo sus biorritmos bajan, y se vuelven a dormir: Ya sea de pie, esta vez mucho más confortablemente ya que la presión de tantos cuerpos juntos, como berberechos en una lata, contribuye a sujetar; o bien sentados, en cuyo caso no es raro ver como aprovechan el hombro de perfectos desconocidos a modo de almohada.

 

 Era asombroso ver como 10 minutos después de empezar cada conferencia, varias cabezas iban desplomándose en una simetría que recordaba los flashes lanzados en un estadio de fútbol. Uno a uno todos iban cayendo, mientras el orador, impasible, seguía con su letanía de fórmulas, proteínas, etc mientras miraba frustrado como se iba quedando sólo.

 

Yo tenía un puesto privilegiado al final de la sala, e iba viendo como todos iban durmiéndose. Era sobretodo asombroso ver como los prestigiosos catedráticos, ya ancianos, que se sentaban en primera fila y eran tratados con las formas máximas de cortesía, eran los primeros en dormirse, y de la forma más evidente: ojos cerrados, cabeza hacia atrás y boca abierta, con algún ronquido casual. Al menos los estudiantes, por eso de no haber alcanzado todavía el status, se dormían de formas más discretas.

 

2) Otra de las cosas que me sorprendió del symposium fue la cantidad de personal innecesario que utilizan. De todos es sabido que en Japón sobran miles de trabajos inútiles que en Occidente no existen. Me refiero a los trabajos de ascensorista, o el de esas mujeres japonesas florero que estratégicamente situadas en empresas, bancos y centros comerciales, tienen como función hacer reverencias al tiempo que te lanzan una sonrisa profindent.

 

3) Cada mañana y cada noche, algunas tiendas al abrir hacen este numerito que podéis ver en el video. Salen todos los empleados a la calle comandados por el supervisor, y en posición marcial, empiezan a recitar las consignas de la empresa al tiempo que saludan a los clientes.

 

4) el producto estrella no es el café normal y corriente, sino unos sucedáneos de cafe con nombres que suenan a italiano como Frappuchino o Caramelo Machiatto. Una guarrería de cafe con nata, caramelo y ocasionalmente hielo, que vuelve locas a las quinceñeras que rondan por Shibuya.

 

 

5) Es curioso ver las diferencias de percepción de una cultura a otra. Hace poco, hablando con una amiga japonesa se me ocurrió la "típica" broma de ponerme los dedos en los ojos y hacer el "chino". Todo fue para explicarle un poco la imagen que tenemos en Europa de los japoneses, y sobretodo, de la confusión que existe con ellos. Ya que para el ciudadano español medio, todos son chinos.

 

El caso es que tras la broma, me miró un tanto indignada y me dijo que ellos de ojos rasgados nada, que ellos los tienen normales, y que los que tenemos los ojos "raros" somos los occidentales. En concreto, utilizó en japonés la palabra pachiri, que aunque significa algo así como "brillante", en realidad se refiere a los ojos grandes y de largas pestañas que parecen no estarse nunca quietos. Incluso suelen decir que los ojos de los occidentales hacen pachi-pachi.

 

A mi amiga no le gustó nada el comentario, y es que el tener los ojos rasgados constituye un pequeño trauma, que junto a la "piel amarilla", ha sido motivo de mofa histórica por parte de algunos occidentales xenófobos. Incluso me recordó que el trauma alcanza proporciones desorbitadas en Corea del Sur, donde un alto porcentaje de chicas se operan cada año los ojos para occidentalizarlos. Y es que junto con el aumento de pecho, es esta una de las operaciones más solicitadas en toda Asia. Arreglos estéticos a parte, todas sin excepción usan mascarillas efecto pestañas largas, además de cierto artilugio de metal parecido a unos alicates, con el que parece que van a sacarse un ojo.

 

 

6) es curioso ver como el canon de belleza femenino apenas ha cambiado en Japón desde el periodo Heian, en donde a las mujeres les daba por pintarse los dientes de negro como símbolo de refinada belleza. Gracias a los grabados, comprobamos como el ideal estético femenino todavía tiene su vigencia hoy en día. Y a pesar de los estragos hechos por el tinte caoba entre las japonesas, una mujer de lacio pelo negro y rasgos "clásicos japoneses", siempre será kirei (bella), mientras que esa mujer guapa de pelo caoba o de imposibles añadidos (maquillaje, pestañas y demás complementos), se quedará en un simple kawaii (difícil traducción, dejemosló en "mona").

 

Justo lo contrario que en occidente, donde la belleza femenina pasó de encontrarse entre formas voluptuosas, a apenas entreverse en los huesos de mujeres anoréxicas.

 

7) Cuando popularmente se confunde a chinos con japoneses, y se dice que Japón está lleno de chinos, lo cierto es que es una afirmación que no va desencaminada, ya que los chinos representan el mayor grupo de inmigrantes en Japón.

 

Como en otras partes del mundo, los chinos organizan sus barrios, sus comercios, y viven en el aislamiento o protección (según se mire), que les ofrece el contacto con sus congéneres. Es difícil hacer migas con los chinos, aunque en la universidad he conocido a bastantes.

 

Mi impresión es que los chinos viven en Japón a la defensiva, como si tuviesen un "resquemor", que en el caso de los estudiantes universitarios o élite intelectual, es un sentimiento que se convierte en soberbia. El conseguir una beca para estudiar en Japón es un sueño para la mayoría de ellos, y la competencia para conseguirlo es tremenda. Pero una vez que llegan aquí, se olvidan de quién les está pagando sus estudios, y se creen los amos del mundo.

 

Aunque la mayoría habla japonés perfectamente, siempre intentan primero hablar en inglés (por lo general ininteligiblemente), como si quisieran demostrar que aunque asiáticos y de rasgos parecidos, ellos en realidad son extranjeros con los mismos privilegios en el trato que los occidentales, algo que están bastante lejos de poder conseguirlo. Ya que lo triste es que hay cierto racismo japonés hacia chinos, coreanos y cualquier otro ciudadano asiático. Por lo que esto es un círculo vicioso sin solución aparente.

 

Fruto de las promesas de futuro para la economía china, el sentido patriótico de esta gente está por la nubes, pero es que siempre se dan un aire de suficiencia que se convierte en falta de respeto hacia las etiquetas sociales japonesas. Y así no es raro que en alguna fiesta, cuando todo el mundo espera delante de mesas de comidas a escuchar el discurso de turno antes de empezar a comer, los chinos empiecen a servirse y a beber, hasta que tienen que ser sermoneados por algún sufrido japonés.

 

Pero en las clases la situación no cambia. Y siempre miran a los japoneses por encima del hombro. Si además hay varios chinos, la situación es peor. Cuando hay algo que no entienden, se ponen todos a hablar a la vez en chino (aún interrumpiendo al profesor), y sólo cuando han llegado a un consenso se callan, y la clase puede continuar.

 

En cuanto a los chinos currantes, es fácil localizarlos sin irte al barrio chino de Yokohama. Mientras que un japonés en un restaurante es todo un ejemplo de cortesía y trato hacia el cliente, el chino es lo más parecido a lo que estamos acostumbrados en España, esto es, que el camarero te tire el plato de comida demostrando su total desgana.

 

Aún todo, he conocido a chinos muy simpáticos, y que poco tienen que ver con el estereotipo que han creado -para su desgracia-, el resto de sus congéneres. Pero es que China es enorme, y más que en ningún otro sitio puede decirse que hay de todo.

 

8) Lost in translation", a mis amigos japoneses no les ha gustado, ya que se sienten un poco incómodos con tanto tópico, y no se ven identificados en los excéntricos japoneses que recorren la película. Aunque eso si, todos se han hecho eco de la "New York fashion" que destila la película y su directora, única razón que encuentro a que se haya podido publicar este folletín fotográfico en Japón. Triste pero cierto es, que todo lo que tenga que ver con NY arrasa.

 

9) Uno de los placeres cotidianos para los japoneses es bañarse en agua caliente. Quizá el término suene muy genérico, pero es que es la única forma de poder abarcar todas las formas de bañarse en Japón. La traducción sería o-yu, y siempre se encuentra el ideograma de esta palabra a la entrada de cualquier tipo de baño.

 

 

A las aguas termales se les llama onsen, y en Japón los hay por todos lados. Son afloramientos naturales de agua caliente, debido a la naturaleza volcánica de las islas. El alto contenido en azufre de estas aguas las convierte en muy saludables, a la par que le confiere un olor característico , que recuerda un poco al olor a queso... de pies. Si el onsen está al aire libre, entonces se llama rotenburo. Pero si el agua caliente es agua tal cual del grifo, podemos diferenciar entre sento o baño público, u ofuro si nos bañamos en casa.

 

Aunque diferentes aguas y en diferentes lugares, hay una serie de normas de obligado cumplimiento. La primera es que antes de entrar a la "bañera" hay que enjabonarse y aclararse. Pero no una ducha rápida de piscina, sino sentado en una banqueta de apenas 20 centímetros de alto te enjabonas, al tiempo que te aclaras ayudado con una palangana que vas llenando de agua por medio de un grifo frente a ti.

 

Otra de las normas es que se exige desnudez total y separación de sexos. Lo único permitido es una pequeña toalla que hará las veces de esponja durante el enjabonamiento, y que luego se pondrá en la cabeza durante el baño.

 

Todo esta introducción simplemente es para situar mis experiencias con el agua... En Akita pude disfrutar de un rotenburo en medio de la nieve. Fue una experiencia increíble, el estar desnudo en el agua caliente viendo el paisaje nevado, mientras copos de nieve caían sobre mi cabeza. Algo único que siempre había querido probar, y que espero poder repetir.

 

Al regresar a Tokyo seguía teniendo "mono" de onsen, y aunque de vez en cuando disfruto del ofuro de casa, necesitaba algo más grande que una bañera. Asi que decidí probar un baño público...

 

Por una casualidad, acabé en un viejo sento perdido por Shinjuku. Ya puestos a probar, al menos que fuese auténtico.

 

En un viejo edificio que se caía a cachos, y tras quitarse los zapatos y guardarlos en una taquilla, dos puertas conducían al interior del baño. Una para hombres y otra para mujeres. Nada más entrar, entre las dos puertas había un mostrador compartido tanto para hombres como mujeres donde había que pagar 400 yenes.

 

 

Por lo visto el agua está tan caliente por petición de los ojisan (abueletes), que les encanta sumergirse en agua hirviendo (será que con la edad se pierde sensibilidad). Actualmente, son los principales usuarios de los baños públicos, por lo que pueden imponer su criterio, aunque a mi me parece que la temperatura tiene algo que ver con cierto gusto por abrasarse que tienen los japoneses, ya sea bañandose, comiendo o incluso bebiendo.

 

Aún así, es una pena que el uso de baños públicos en Japón esté decayendo. Es todo un placer y te deja una piel divina...

 

 

 

10) El pachinko es un extraño juego japonés indescifrable, que podríamos definirlo como nuestro equivalente a las tragaperras, sólo que en vez de perras traga pequeñas bolas de acero que compras previamente. A medida que caen las bolas se van metiendo por agujeros y activando resortes, que a su vez activan juegos en una pequeña pantalla eléctronica en el centro de la máquina. El objetivo del juego es ver como se meten las bolas por el agujero, y sumirte en una agradable estado catatónico fruto de las luces estridentes de la pantalla, el alto volúmen de las voces y sonidos de las máquinas, acompañado por el incesante ruido de bolas de metal chocando unas con otras. Es un juego bastante lento, por lo que puedes tirarte horas y horas jugando sin llegar a gastarte mucho dinero. De ahí que siempre puedas sentarte frente a la máquina. El juego en Japón es ilegal, por lo que lo único que puedes ganar son puntos que canjeas por peluches, cristalerías o viajes como premio gordo. Sin embargo, la yakuza (mafia japonesa) controla la mayoría de los pachinko, y los jugadores habituales pueden ganar premios en metálico. Y el de mi barrio no iba a ser menos, y de vez en cuando se ven increíbles coches con chófer aparcados en la puerta.

 


Pachinko en Shibuya - Canon AV-1 Film Konica Pan 400 B/W

 

Desde por la mañana hay gente jugando al pachinko, en su mayoría abueletes gastandose la pensión. Pero siempre y hasta altas horas de la mañana hay gente jugando,

 

 

 

11) La respuesta de mis amigos fue que el humor japonés es diferente del occidental, aunque en mi opinión tiene más que ver con la total indiferencia de los japoneses hacia los temas políticos. No hay sátira política en la televisión, y la de los periódicos parece un juego de niños comparada con la de Europa o Estados Unidos. Y es que la única caricatura permitida es una de Junichiro Koizumi (el primer ministro) simulando un león. Y no precisamente porque sea un "león" en las arenas políticas, sino por su melena al viento.Por tanto, y tras confirmar que en otras partes del mundo la gente si se reía viendo la película, llegué a la conclusión de que lo único que impresiona a los japoneses de este documental (Farenheit 9/11) son algunas de las terribles imágenes sobre la guerra en Irak, imágenes que por cierto nunca se exhiben en la televisión japonesa, y es que debería de surgir un Michael Moore japonés que denunciase la manipulación y el secretismo de los mass media japoneses.

 

 

12) Últimamente hay un movimiento que se está propagando "lentamente" por la sociedad japonesa. El leiv motif convertido en logotipo de esta corriente es "slow life", sinónimo de una forma tranquila de vivir que se contrapone a la norma general de un país estresado por naturaleza. Con una altísima tasa de suicidios en su mayoría derivada del exceso de trabajo (karoshii), y con una ausencia casi paradójica de psicólogos (tanto seculares como laicos) para un país desarrollado, las alternativas para combatir el estrés no pasan por remedios chinos, sino por huir de las grandes ciudades y volver al campo en un forzado intento de autarquía a la manera tradicional. Son muchos los programas de televisión, revistas e incluso películas que muestran las ventajas de esta relajada vida en zonas rurales, donde aunque parezca difícil de creer, son lugares que poco tienen que ver con el animalario social visto en las grandes ciudades.Una casa tradicional japonesa en el campo. Sentarse en el endai (veranda) mientras se saborea una taza de ocha (té), o simplemente dejarse mecer por la apatía de ser, por ese ensimismamiento de mirada perdida, es un sentimiento recogido en "Cha no aji" ("Con sabor a te"), interesante película que roza momentos de preciosista realismo mágico.

 

13) Quizás el más sorprendente es el respeto o adoración hacia el DJ. En los clubes europeos la gente suele ir bastante a su "rollo", sin apenas observar al DJ, salvo alguna mirada de odio si es muy malo o de envidia si es una estrella. Mientras que en Tokio, todo el mundo baila mirando al DJ de frente, como si fuese un concierto normal y corriente, lo que da una sensación de inmovilidad que al principio causa sorpresa, e incluso te hace sentirte incómodo si se te ocurre bailar de frente de algún amigo/a dando la espalda a la cabina del DJ.

 

Otro de los puntos diferentes es una falta general de ritmo. Por alguna extraña razón que se me escapa, el japonés medio no es muy diestro bailando. Quizás es que los latinos llevamos el ritmo en el cuerpo, o quizás es que carecemos de sentido del ridículo. Pero por supuesto, hay japoneses que saben moverse, aunque no es una habilidad natural, sino adquirida. No es raro observar, frente a las grandes cristaleras de los enormes edificios de oficinas de Tokyo, jóvenes practicando pasos de baile mientras ven su reflejo en el cristal. Muchas veces, se establecen verdaderas competiciones por demostrar quién es el más diestro, incluso cada cristal tiene un ranking que hay que ganarlo.

 

14) En el mundo del arte en Japón, graduarte en la coloquialmente conocida como Geidai (Tokyo Geijutsu Daigaku, Tokyo National University of Fine Arts and Music) es garantizarte un futuro como artista de cualquier disciplina, o saber al menos que al graduarte tendrás muchas puertas abiertas y nunca te faltará trabajo. La cantidad de famosos artistas japoneses graduados en esta Universidad son incontables.

 

15) Los coreanos se hacían eco de un maratón televisivo navideño de seis horas a cargo de la NHK (televisión pública japonesa), que a parte de invitar a algunas de las más famosas estrellas coreanas, haría conexiones con ciudades coreanas, y ofrecería clases de cocina e incluso de idioma. Todo un motivo de orgullo para el pueblo coreano, que ven como sus altivos vecinos vuelven a fijarse en su cultura siglos después.

 

Sin embargo, la moda por lo coreano tiene más implicaciones de los que a priori parece. Desde hace años, era posible ver telenovelas coreanas en la segunda cadena de la NHK en versión original con subtítulos. Este tipo de telenovelas mantenían enganchadas a muchas televidentes, en su mayoría mayores de cuarenta años, que veían que las situaciones que contaban y el ambiente era muy similar a lo que ocurría en el Japón de hace veinte años. Y es que si en algo coinciden todos los japoneses que han visitdado Corea, es que les recuerda a como era Japón en el pasado.

 

- La causa del furor de las telenovelas corenas, hasta el punto de emitirlas dobladas al japonés en horario prime time, responde a un claro giro en el marketing japonés. Hasta ahora, el motor de consumo de la economía japonesa residía en los jóvenes, verdaderos enfant terrible capitalistas, frente a unos padres más predispuestos al ahorro. Por tanto, la publicidad iba siempre dirigida hacia este mercado jóven. Sin embargo, el envejecimiento de la población japonesa, junto con el hecho de existir una juventud pluriempleada en trabajos a tiempo parcial (arubaito) con apenas poder adquisitivo, ha condicionado de tal forma el consumo japonés, que los jóvenes han pasado a un segundo plano en favor de un mercado a gusto de las obachan (abuelas). Y es que si en algo caracteriza a esta moda derivada de las telenovelas coreanas, es que a los jovénes japoneses les causa repelús.

 

Por otra parte, Japón tiene varias cuestiones pendientes con Corea del Norte. Todavía no se olvida el misil balístico que lanzado por Corea atravesó el archipiélago de oeste a este. Tampoco se olvida los barcos espías interceptados, ni que la ayuda enviada para alimentar a una hambrienta población acabe en manos del ejército , o revendiéndose para sufragar los gastos del programa nuclear

 

16) Pero también están causando una verdadera revolución en el complicado mundo de las tarjetas de visita. Ahora lo más cool entre los ejecutivos jóvenes, que causaría la envidia de Bret Easton Ellis y su "American Psycho", es tener tarjetas de visita (meshi) por un lado tradicionales, y en el anverso simplemente un código con toda la información de contacto almacenada. Una pasada, y en menos de un segundo la información quedará archivada en tú móvil, ahorrándote el engorroso proceso de introducir datos y cargar con un prescindible pedazo de papel.

 

Estos códigos de barras, conocidos como QR code, pueden almacenar hasta 7089 caracteres. Los móviles pueden leer estos códigos como los lectores de los supermercados: una simple pasada, y la información quedará reflajada en el móvil. Principalmente, se utiliza en publicidad instalada a pie de calle para que la gente pueda registrar fácilmente la dirección de la tienda, el teléfono de contacto, la página web, o incluso un cupón de descuento por tomarse la molestia pararse ante el cartel y apuntar con el móvil.

 

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17) No es de extrañar que el teatro político no exista en Japón, cuando precisamente la sátira política no es deporte nacional como en España. Sólo una vez pude ver un programa de estas caracterísiticas, y como no, fue en el programa de Kitano Takeshi. A raíz de los escándalos de corrupción entre políticos y empresarios (bastante habituales, por cierto), Kitano creó una parodia donde actores caracterizados como Koizumi y el resto de sus ministros, representaban sus papeles como si viviesen en el periodo Edo. Ver a Koizumi como Tokugwa Ieyasu no tuvo precio. De partirse de risa.

 

Pero tristemente esto fue sólo un espejismo. La realidad es que el teatro político no vende, y salvo pequeñas excepciones, el país vive bajo los efectos de una resignación apolítica que ve con buenos ojos que el mismo partido ponga en entredicho los mecanismos democráticos, y permanezca en el poder como "el partido único".

 

 

 

 

Menjar

 

 

 

Es casi una tradición el ver largas colas de gente esperando para comer en un restaurante de ramen, mientras que el restaurante de enfrente de la misma especialidad permanece totalmente vacío, salvo por unos empleados que por el rabillo del ojo miran golosamente a la competencia.

 

Pero últimamente puede decirse que hay una verdera fiebre por el ramen. Se abren nuevos restaurantes por doquier, y los canales de televisión dedican extensivos programas para mostrar el top ten de los restaurantes. Tal es el furor, que hasta los jóvenes se han apuntado a la moda, y son muchos los que están trabajando duro para conseguir abrir su propio restaurante, o para lograr puestos de responsabilidad en algunas de las franquicias más famosas. Incluso hay un manga que narra los sueños y anhelos de uno de estos curiosos restaurantes fast food.

 

Introducido desde China, pronto el "La-mein" pasó a conocerse en Japón como ramen, evoluciononando en distintas variedades locales. Así tenemos el tonkotsu-ramen en Fukukoka, shoyu-ramen en Tokio y el shio-ramen en Sapporo. La elaboración es relativamente sencilla: Sopa con fideos. Pero como sucede con los grandes grandes secretos gastronómicos, el secreto reside en los detalles. Cada tienda guarda celosamente el secreto que los hace únicos. Más que en un ingrediente seceto, el ramen se basa en las proporciones de alguno de los ingredientes a la hora de confeccionar la sopa.

 

Mi preferido es el tonkotsu-ramen, elaborado con una sopa a base de huesos y despojos de cerdo, junto con unos fideos más finos de lo habitual. Una de las franquicias más conocidas de Fukuoka es Ichiran. Desde que entras, te das cuenta hasta que punto llega la cultura del ramen en Kyushu. Si habitualmente los restaurantes de ramen tienen grandes mostradores donde la gente come en taburetes, charlando animosamente, y sorbiendo el ramen o sus mocos con placer manifiesto -ruidos típicos a los que se añade el del agua al escurrir los fideos en el suelo de la cocina-, en Ichiran la atmósfera es la de un templo... de los sentidos, eso sí.

 

Los taburetes se disponen en cubículos separados unos de otros por mamparas, separados a su vez del mostrador por una cortinilla de paja que sólo se abre para hacertte llegar el ramen previamente ordenado en una máquina de tickets. Según la filosofía del restautarente, sólo mediante este estado de aislamiento se puede degustar al cien por cien sus especialidades

 

culinarias.

 

 Aunque lo cierto es que en Ichiran se come un buen ramen tras esperar la cola de rigor, tras un largo peregrinaje puedo afirmar que donde se come el mejor tonkotsu-ramen , es en un pequeño restaurante de Ikebukuro, no muy céntrico precisamente. Y a pesar de que ya me fastidia sobremanera el tener que esperar siempre más de treinta minutos para sentarme, correré el riesgo y lo haré público... se llama Mutekiya.

 

 

 

 

El local es el habitual de estos tipos de negocio. Pocos metros cuadrados donde en pequeños taburetes se hacinan los clientes. A la entrada, un gran cartel muestra las revistas y programas de televisión que se han hecho eco de su fama. Dato que no pasa desapercibido para la veintena de personas que permanentemente hacen cola frente a su entrada. Tanta gente, y el continuo trasiego de un local fast food es lo que menos me gusta de los restaurantes de ramen. Cuando lo que te pide el cuerpo es una sobremesa tras una deliciosa comida, los camareros te retiran el bol sin que te des cuenta, "invitándote" indirectamente a abandonar un sitio tras el que esperan nuevos comensales

 

 

Yoshinoya es el equivalente japonés a los fast food, aunque nada de hamburguesas ni productos americano, sino gyudon, un bol de arroz con finas tiras de ternera por encima previamente hervidas en una salsa especial. Es sin duda el plato más barato y rápido que se puede comer en Japón, y la verdad es que está riquísimo.

 

 

Incluso el restaurante en sí merece la pena verlo. La gente se sienta en taburetes frente a una larga barra, y prácticamente devoran la comida en un abrir y cerrar de ojos. En lo que tú tardas en terminarte tu plato, el restaurante se ha llenado y vaciado tres veces. Y por supuesto, nada de un café o hacer un poco la digestión después de la comida. En horas puntas y con gente esperando, a poco que termines te echarán amablemente.

 

 

Events

 

1) Hoy ha comenzado el "Gogatsusai" en la Universidad de Tokyo. Todas las facultades y clubes deportivos, musicales, etc montan tenderetes donde venden comida, bebidas,…

 

2) La Universidad (Tokyo Zokei University) cada año monta una exposición a final de curso (febrero-marzo), con los trabajos de los estudiantes de todas las especialidades de último año de carrera que se van a graduar. La verdad es que la exposición ha cobrado bastante fama, ya que muchos de sus alumnos terminan siendo artistas de los de verdad. Como hay multitud de especialidades, todos los trabajos forman un collage artístisco de lo más interesante, y ni que decir tiene que el recinto de exposición es enorme.

 

3) El 1 de Abril comienza en Japón no sólo el nuevo año fiscal, sino también los colegios, universidades, academias, nueva programación de la tele, y los recién licenciados todavía con la resaca de las fiestas de graduación, comienzan su trabajo.

 

Si, no me he equivocado. Tras licenciarse, ¡comienzan a trabajar!. Y lo que es más importante: en al algo relacionado con lo que han estudiado.

 

Miro con envidia a mis amigos japoneses recién licenciados. Tras mandar cuatro o cinco curriculum, y hacer otras cuatro o cinco entrevistas, encuentran fácilmente trabajo. Y no un trabajo basura ni temporal, sino un trabajo bien renumerado, con unos ingresos que rondan los 200.000 yenes (1500 euros). Dinero más que suficiente para poder vivir independientemente en Japón. Vuelvo a recordar que estamos hablando de recién graduados.

 

4) ayer me introduje en una de esas asociaciones que en realidad no era más que un particular gueto de gaijin, y japonesas a la caza de native speakers . El evento en cuestión atendía al nombre de "Filmmarmalade Vol. 12. Secret International Guerrilla Short-film Orgy", o lo que es lo mismo, una reunión de carácter bi-mensual donde los cineastas amateur residentes en Tokio exhiben sus trabajos, intercambian ideas, y buscan gente para sus proyectos.

 

5) Rebajas : Apenas dos semanas de rebajas en invierno y otras dos en verano (ultima de julio y primera de agosto) , marcan el periodo consumista para los cazadores de ofertas y chollos. Eso si, los japoneses cuando rebajan lo hacen a lo grande, y no es raro ver carteles del 50% en muchos de los grandes almacenes.

 

6) La navidad en Japón es uno de esos agregados culturales importados de occidente, pero que ha sido reinventado por los japoneses como un gran invento de marketing, y que se ha convertido en la excusa perfecta para que los infelices sarariman se gasten su paga extra de invierno. Luces de colores en las calles, árboles de navidad, figuras de santa claus, plantas de navidad. A la navidad en Japón no le falta detalle, salvo el principal. ¿Desde cuando un país sin tradición cristiana celebra la navidad? Pregunta que cada año también se plantean muchos de los intelectales japoneses, pero que es supeditada a los intereses comerciales de los grandes almacenes.

 

Pero si entonces Japón no es un país católico, ¿que celebran?. El 24 de diciembre es oficialmente el día de los enamorados. En San Valentín se regalan chocolate, pero es el 24 de diciembre cuando te toca sacar a pasear a tu pareja, hacerte una foto frente a las lucecitas de navidad, y desear poder irte a Nueva York y patinar en el Rockefeller Center, que para un japonés sería el culmen de la navidad. Y quién no tenga pareja... ayyy, mala suerte para el resto del año. Asi que las semanas previas a Nochebuena se convierten en una cacería comandada por mujeres, con el único fin de cumplir con los rituales de la noche del 24. Por supuesto la familia no cuenta, para eso ya está el día de año nuevo.

 

Terratremols

 

Japón es uno de los países con mayor actividad sísmica y volcánica del mundo. Esto se debe a que Japón se encuentra en una zona de subducción de placas, es decir, justo debajo de Japón, la gran placa transpacífica se sumerge lentamente en las profundidades magmáticas bajo la corteza terreste.

 

A las 00:57 horas de la madrugada del lunes, un temblor escala 5.6 sacudió Tokyo. Es el más fuerte que he vivido hasta hoy, y aunque no llegó a tirar las cosas, si que provocó que todo el edificio chirriase. No fue muy agradable. Duró como 2 minutos, aunque con oscilaciones en la intensidad. Cuando alcanzó el pico de intensidad, los graznidos de los cuervos rasgaron la noche. Eso si que me asustó. Y no sólo a mi, ya que hubo gente de mi residencia que salió al pasillo para ver que pasaba, o incluso para salir del edificio.

 

Afortunadamente, todo pasó en un abrir y cerrar de ojos. Incluso fue curioso sentir como temblaba todo...

 

Por supuesto, este ha sido el tema de conversación de hoy entre los extranjeros; ya que para los japoneses, no fue lo suficientemente fuerte como para mencionarlo...

 

 

 

Historia

 

 

En 2003 se celebro en Tokyo el cuarto centenario de la fundación de la ciudad bajo el nombre de Edo en el periodo Tokugawa. Para conmemorarlo, hay multitud de eventos programados, la mayoría a celebrarse en verano.

 

Pero de momento, yo ayer sábado tuve un pequeño recorrido por lo que fue la antigua Edo.

 

La visita empezó en los jardínes Kiyosumi, uno de los jardínes más famosos de la antigua Edo, y lugar de residencia del gran poeta de haiku Matsuô Bashô. Hay incluso una gran piedra con la inscripción tallada del famoso poema de la rana, esculpida por uno de sus discípulos directos. Otra de las curiosidades del jardín es que la familia Iwasaki, antigua propietaria del Jardín, trajo grandes piedras de todas partes de Japón durante el siglo XV para adornar el jardín.

 

La segunda parada fue el museo "Fukugawa Edo". El museo es en realidad la reproducción de lo qu era un barrio en la antigua Edo. Es muy realista, y lo mejor es que puedes meterte en las casas y probar todos los utensilios. Muy divertido.

 

La siguiente parada fue el templo shintoista de Tomioka Yachimangu, lugar de origen del Sumo, la lucha tradicional japonesa. El templo no es que sea muy espectacular, pero es bastante curioso el ver todo lleno de luchadores de sumo. Por ejemplo, la foto que os mando es de un pequeño altar que contiene los nombres de todos los grandes campeones de Sumo. Por cierto, ahora es la temporada de Sumo, y puede verse por la tele. Quizás si alguno tenéis Eurosport podáis ver algún combate.

 

 

 

 

 

 

Y por fin terminamos con una gran cena en Ginza. Y como no podía ser menos, acabamos en un restaurante comiendo lo que comía el Shogun en el periodo Edo. Lo más llamativo fue una sopa con albóndigas hechas con carne de perdiz, y una tortilla española (os juro que el aspecto exterior era el mismo!) con champiñones en lugar de patatas.

 

 

GUAM. Una pequeña isla del pacífico, en lo que se conoce como Micronesia o Islas Marianas. Y actualmente, bajo soberanía Norteamericana.

 

Descubierta en 1521 por Magallanes, la isla pasó a formar parte de España desde 1565 a 1898, año en que tras la recapitulación de la guerra española-americana, la isla fue vendida a los Estados Unidos por 20 millones de dólares. En 1941 los japoneses invadieron las islas Marianas y tras una sangrienta campaña en la que murieron 7000 soldados americanos y 10.000 japoneses, la isla pasó de nuevo a manos americanas en 1945 y hasta hoy. Esta isla es también famosa por la ya legendaria historia del soldado japones que perdido en la jungla, siguió haciendo la guerra por su cuenta. Fue el sargento Shoichi Yokoi, que fue descubierto el 24 de Enero de 1972 en una cueva en la jungla de Guam, con la convicción de que la guerra en el pacífico todavía continuaba, y que él era el último superviviente.

 

Aunque los Estados Unidos ganarón la guerra y se anexionaron este territorio, los japoneses al igual que en Hawai, ganarón la guerra comercial. Y es que Guam está totalmente volcado a los intereses de los turistas japoneses. La cercanía a Tokyo (tres horas y media en avión), ha convertido esta isla en uno de los destinos más baratos, para aquellos japoneses a la busca de playas tropicales. Hoteles, restaurantes, centros comerciales... por poner ejemplos de toda una serie de servicios ofrecidos en japonés, un idioma convertido en el segundo idioma oficial no declarado de la isla.

 

 

Llocs concrets de Tokio

 

 

 

1) Japan Foundation para ver "Escándalo" ("Shubun") de Kurosawa Akira, con un previo de Donald Richie (toda una eminencia)

 

2) La Universidad de Tokio (Gokaku happyo). Si fuese una universidad normal, el hecho pasaría desapercibido, pero siendo esta universidad la cantera de la élite intelectual japonesa. La entrada en la Universidad de Tokio les garantiza encontrar puesto de trabajo en alguna de las mejores empresas japonesas, y la certeza de que ascenderán rápidamente en la jerarquía empresarial. Es una especie de seguro de vida, por el que merece la pena sacrificarse.

 

Una vez que han sido admitidos, sólo les quedará una importante decisión que marcará su vida durante los cuatro años que dure la carrera, y no es elegir las asignaturas que estudiarán, sino decidir en que club se meten. Tenis, fútbol americano, ajedrez, cine, ordenadores, teatro... cualquier tipo de actividad tiene su club dentro de la Universidad. El club determinará su círculo de amigos, y su única preocupación durante cuatro años sin dar un palo al agua, con aprobados casi autómaticos, y apacibles siestas en las clases.

 

3) Una exposición en el "Tokyo Opera City Art Gallery" ha conseguido reunir los dos fotógrafos japoneses con mayor reconocimiento internacional ( Daido Moriyama y Nobuyoshi Araki) bajo un denominador común: Shinjuku. Un microcosmos en pleno Tokio. Crisol de tendencias, vicios, glorias y perversiones. O esencia de una "definida" sociedad japonesa, a la que tanto se intenta etiquetar. Un paseo por Shinjuku y habrás visto todas las caras de Japón.

  • Si voleu saber més sobre  museus i artistes us recomano que feu una visita  al web www.artsy.net  i concretament al espai  que li tenen dedicat  en Daido Moriyama.

 

4) Una de la madrugada de un sábado. Acaba de terminarse el tren, y la única forma de transporte público que queda son los taxis, y si logras cogerlos. La estación de Shibuya, un conglomerado de líneas de metro y tren en uno de los barrios más "jóven" de Tokio acaba de cerrar, aunque todavía mucha gente deambula por los alrededores decidiendo que hacer de su vida en una noche calurosa. La mayoria de músicos callejeros (un 90% aproximadamente), que estan en esta zona, son "niños bien" que montan aunténticas exhibiciones de medios técnicos: Generadores eléctricos, focos, micrófonos, baterías completas, carísimas guitarras... una pasta en equipamiento que a veces ni siquiera logra enmascarar la baja calidad de muchos de estos grupos. El objetivo de estas bandas no es ganar dinero (viendo sus medios claramente se ve que les sobra), sino darse a conocer, ensayar, y eventualmente captar la atención de algún despitado manager que les catapulte a la fama. Lo curioso es que muchos de estos grupos tienen sus propios gruppies, que gracias a el boca a boca, siempre se les ve apoyando a sus idolos. Y si la cantante es femenina y además enseña el muslamen, seguro que arrastrará a una gran cantidad de fans masculinos un tanto freaks.

 

En el eje Shibuya-Yoyogi-Harajuku se suelen concentrar estos grupos, convirtiéndose a veces un paseo por esta zona en una verdadera tortura, donde la cacofonía reinante impide conversar tranquilamente, y menos aún enterarse que esta cantando esa graciosa chica que es un vivo clon de los punks que se concentraban en Trafalgar Square a mediados de los 70.

 

5)  Ya conocía las congestionadas y sucias playas de Enoshima y Kamakura, por lo que decidí explorar las playas de Chiba, relativamente cerca de Tokio (unas dos horas en tren) y con fama de playas limpias y no demasiado congestionadas. Al final fui a Kujyukuri-hama (九十九里浜), una larga playa de surferos en la que afortunadamente no había demasiada gente. El único problema era el agua, demasiado sucia.Y en las últimas horas de sol, la playa se empezó a llenar paulatinamente de gente. La gente venía al jibiki ami, una especie de pesca colectiva que se realizaba antiguamente en Japón, y que ahora se ha quedado como un festival para deleite de turistas. Una barcaza extiende una larga red enfrente de la playa, y los dos extremos de la red los lleva a la playa para que la gente tire poco a poco de la red. Siguiendo la antigua tradición en la que toda la gente del pueblo sin diferencia de género ni edad tiraba de la cuerda, hoy las sufridas familias de domingueros tiran para ver si consiguen algún pececillo para la cena.

 

6)Los jardines Rikugien fueron terminados a comienzos del siglo XVIII, con el objeto de hacer un pequeño guiño a la lírica japonesa. Los jardínes hacen referencia a los 6 principios de composición poética mencionados por el libro chino "Shih-ching" ("Libro de canciones")

 

 

 

7) Había oído hablar de este nuevo soporte publicitario en el "Kokoku Hihyo",pero hasta hoy no lo había visto con mis propios ojos.

 

La situación es como sigue. Vas alegremente encajonado en el metro, de pie frente a una ventana intentando no aplastar al que tienes sentado delante tuyo, que el único entretenimiento que tienes es ver alguna luz que rompa la monótona negrura del túnel del metro. En ese ensimismamiento estás cuando de golpe una película desfila ante tus ojos ocupando toda la ventana. No es una alucinación ni una proyección de video, sino pantallas situadas en el túnel proyectando una sola imagen, que crean el efecto de una película cuando se miran desde un tren en marcha. Fueron apenas treinta segundos de desconcierto en los que ví un par de anuncios entre las estaciones de Tameike-sanno y Akasaka-mitsuke de la línea Ginza. El efecto es como ver un video de baja definición ampliado cuatro veces, por lo que la calidad de la imagen no es especialmente buena, aunque lo suficientemente legible y grande como para llamar la atención.

 

 

 

 

 

 

 

Aunque el invento tiene que ser pulido en algunos detalles, lo cierto es que entretiene. Espero que cuando se extienda y se haga cotidiano, podamos de nuevo recuperar los momentos de ensimismamiento y paz interior que provoca el mirar por la ventana de un tren en marcha.

 

 

 

 

 

 

Revistes i diaris

 

 

Metropolis

 

Hay una revista que se ha convertido en la biblia de todos los extranjeros que viven en Tokio. O más bien en una necesaria guía de supervivencia. Cada viernes, en las tiendas de música HMV o Tower Records, o en cualquier comercio o bar de paso de extranjeros, puede conseguirse gratis la revista

Metropolis, que con 67500 lectores, es sin duda la revista más leída de entre todas las dedicadas a los extranjeros (por supuesto, en inglés)

 

 

Los artículos van desde críticas de películas y discos, entrevistas a personajes famosos, nuevos restaurantes y bares de copas, programación cultural de la semana, o guía de conciertos.

 

Brutus

 

Dirigida a norteamericanos "perdidos" en Tokio, que no saben que ver fuera del tour "Lost in translation", ha salido una pequeña guía que de momento sólo puede comprarse en Japón.

 

 

 

 

 

Editada por "Brutus", una conocida revista japonesa de tendencias tanto de moda como de decoración, la guía pretende ofrecer una imagen diferente del Tokyo presentado por las habituales guías de viaje. Como era de esperar en este tipo de publicaciones fashion, la maquetación y las fotografías están muy cuidadas con el objeto de presentar una guía que no siga los cánones habituales. Los recorridos propuestos harán las delicias de todos aquellos dispuestos a patearse la ciudad por su cuenta, y para los "habituales" de Tokyo, seguro que se descubren lugares nuevos que no se sabían.

 

Pero no existe guía ni mapa que enseñe a profundizar en el anhelo de perderse... pueden llegar a conocerse todos los rincones de una ciudad extranjera, y guardarlos en las cabeza como una colección de brillantes postales. Pero conocer las causas de esta inquietud que mueve a "perder países" puede ser un verdadero laberinto de callejos intrincados, que conducen hasta las profundidades del alma...

 

Tadao Ando da algunas pistas de esta urgencia por viajar en un especial de Brutus, accesible en inglés por internet.

 

Pen

 

Sería difícil clasificar esta interesante revista, ya que cada número es una pequeña monografía de temática diversa. El número de este mes va sobre carteles y créditos de cine. Y en portada, sequencia de los títulos de "Mujeres al borde un ataque de nervios". Que no se diga que nuestro Pedro no es internacional.

 

 

Japan Times

 

Una de las cosas que menos me gusta del tipo de periodismo que se estila en Estados Unidos, es la manía que tienen de asociar las noticias con vivencias de ciudadanos anónimos. El objetivo es humanizar la noticia ofreciéndola desde una visión entendible a pie de calle. El problema reside en que lo que debería de ser un recurso periodístico a emplear en ciertos reportajes, se convierte en la norma a seguir, y el periódico parece más un diario sensacionalista al estilo de "El Caso", que un medio de comunicación serio. Desde mi punto de vista, y aunque de este modo se acerque la noticia al lector y se venda más, el periódico pierde credibilidad.

 

La prensa japonesa editada en inglés no iba a ser menos, y todos sin excepción siguen este modelo a rajatabla. Por ejemplo, una edición reciente del Japan Times

 

Ginza

 

Hojeando "Ginza", una famosa revista de moda con estilo, dirigida al segmento de mujeres de más de 25 años que hace poco estrenaba su equivalente para hombres.

 

 

Tokio de nit

 

 

 

1) Ya son muchas fiestas y muchos clubes recorridos en Tokio, los que han hecho que tenga una idea bastante aproximada de como es la vida nocturna por aquí. Descartando los clubes de Roppongi, una excepción dentro de la escena noctámbula de la ciudad con sus propios códigos y músicas, el resto de clubes japoneses comparten algunos puntos en común.

 

Pero no hace falta irse hasta Shinjuku, en multitud de espacios apartados donde pueda encontrarse un reflejo, estos jóvenes práctican -la mayoría de las veces sin música-, movimientos elaborados que luego transplantarán a la pista de baile. En ocasiones movimientos arrítmicos y de una superficialidad manifiesta, pero que hacen las delicias de los nativos.

 

Algunos de los clubes en los que he estado hasta ahora...

 

Womb.
Ageha
Liquid
Yellow
Club Asia
Vuenos
Club Harlem
Neo
Bed
Milk
La Fabrique

2) Y un nuevo club: "Air". Situado cerca de Nakameguro, fuera del circuito habitual de sitios de marcha, es un club que me trajo recuerdos de mis salidas por el "Camp" y el "Suite" de Madrid en sus épocas de esplendor. Gente guapa, fashion victims y algo de ambiente gay fue la heterogénea mezcla que me encontré en un local donde todavía no han llegado los extranjeros. Un sitio amplio sin ser demasiado grande, bien insonorizado y con un sonido de calidad, aunque con una iluminación y un VJ un tanto flojo. Además, como invitado estrella DJ Pierre, toda una leyenda del house en Chicago y en el mundo.

 

Una noche memorable que en su ocaso me recordó:

 

1. Los afterhours que conozco están todos en Roppongi.

 

2. No hay chocolate con churros en Tokio, y es imposible tomarse un buen café hasta las siete de la mañana.

 

3) J-Pop Cafe" de Shibuya. Es este un club situado en una planta 7ª, no demasiado grande pero si bastante fashion, con una decoración retro-futurista incluida una pista de baile embutida en un domo transparente, que cuando es iluminado por los primeros rayos de la mañana, se crea un efecto lumínico bastante interesesante y de cierta belleza.Habitualmente y como su nombre indica, sólo ponen pop japonés, por lo que es un sitio para estar un par de horas como mucho tomándose una copa en plan tranquilo, que el pop japonés en exceso tiene contraindicaciones. Sin embargo, el domingo tuvo un lugar un evento conocido como "British Pavilion", que como su nombre indica es la ocasión perfecta para escuchar todos esos buenos grupos de rock que ha dado la Gran Bretaña.

 

Tras mucho decidir, y teniendo en cuenta que el lunes era dia festivo (keirou no hi o fiesta para el respeto de las personas mayores) nos decidimos por no perdernos la fiesta. El evento giraba en torno a la promoción de los "Manic Street Preachers", incluida chapita "Know your enemy" y cassete con el nuevo single "The Love of Richard Nixon". Además, de vez en cuando el DJ pinchaba alguna de sus canciones. Cuestión de marketing

 

 

 

 

 

Pero lo mejor fue la gente. Mods, rockers, punks y todo tipo de fauna "British Style" se dieron cita en un improvisado homenaje a las tendencias de moda importadas de las Isla. Moda que tanto en Inglaterra como en Europa transciende lo que es simple estilismo, para ser un acto de rebeldía a la par que una afirmacicón e identificación de ciertos ideales impregnados en un estilo musical característico. Sin embargo, en la transición a Asia los ideales se han perdido, y sólo queda la máscara, el caparazón en forma de tela que envuelve a unos japoneses más punk que muchos ingleses, pero que a la mañana siguiente cambiarán de atuendo por su traje y corbata, para ir sin ningún tipo de trauma como ovejas al trabajo.

 

 

4) Ver el concierto de Fatboy Slim en Ageha (la discoteca más grande de Japón), era una motivación más, además de una oportunidad de disfrutar del excelente sonido de la pista central a toda capacidad.Por suerte no fue necesario recurrir a subastas ni intermediarios, una semana antes sacaron una remesa de 50 entradas a comprar en la misma Ageha a partir de las 12 de la noche. No me lo pensé. Al fin y al cabo no se necesitan excusas para pasar una noche allí, y más cuando ese mismo era el día "Isle of MTV", dedicado esta vez al electroclash. No podía perdérmelo tampoco. Hubo suerte. Conseguí mi entrada y el viernes noche fui al concierto de Fatboy Slim. Mi primera sorpresa fue comprobar que el baño de caballeros parecía el de señoras. La gente haciendo cola para entrar al WC, y no precisamente para defecar. Los japoneses, tan disciplinados y limpios ellos, hasta para vomitar son capaces de hacer cola. Y la cola era enorme, por lo que efectivamente la gente iba bastante cocida, y muchos no sólo de alcohol... que a mi el stand de las botellitas de Evian me pareció un tanto sospechoso. Como anécdota, tuve la ocasión de saludar a Manabe Kaori, una aspirante a actriz (sale en la película Waterboys),

 

5) Un pequeño café en Aoyama, con el más que apropiado nombre "Immigrants cafe", fue el lugar donde me reencontré con esas mágicas noches de buenas conversaciones, buena música en directo, buena comida y en definitiva buenas vibraciones.El pequeño y escondido local era un hervidero de gente con inclinaciones artísticas. A quién preguntases, seguro que tenía algún anhelo de dedicarse al arte. Conocí a mucha gente: fotógrafos, cantantes, pintores, bailarinas, compositores... todos ellos amateur, pero que veían en estos hobbys artísticos su forma de escapar de la cotidianidad de la vida como furita, trabajadores a tiempo parcial.

 

6) Ropa ancha, sonido gordo. Hacía tiempo que no me pasaba por el Bed, un club de Ikebukuro perfecto para palpar que se cuece en la escena alternativa "hiphopera" de Tokio. La excusa lo valía, octavo aniversario de este pequeño club, celebrado por todo lo alto con tres días seguidos de actuaciones de DJs, MCs, VJs y grupos de breakdance y demás.

 

Cine

 

 

 

Hace una semana echaron por la televisión "Zatoichi", última película de Kitano Takeshi estrenada hace poco más de un año. Sin entrar en valorar la película, el que un año después pueda verse en la televisión es sintoma de la buena salud del cine japonés. O al menos de su buena salud comercial. Se habla del vacío de ideas del cine independiente japonés, y del fuerte empuje del vecino coreano en esto del séptimo arte. Sin embargo, Japón ha sabido entretejer una sólida industria que produce películas de consumo a nivel nacional ("Swing Girls", "sekai no chûshinde ai wo sakebu"), grandes producciones ("Casshern", "Spy sorge"), superventas de la animación ("Appleseed", "Howl's Moving Castle"), y entre medias, pequeñas joyas del cine independiente ("Cha no aji", "Hana to Alice") e incontables cortos que sí encuentran distribución en festivales y pequeños cines de autor.

 

Tres. La última película como actor de Takeshi, "Chi to hone" (huesos y sangre) ha recibido estupendas críticas, y el papelón de Takeshi como padre de una familia coreana en el Japón de posguerra huele a reconocimiento. En cuanto tenga un hueco tengo que ir a verla.

 

Cuatro. Mi admiración hacia Kitano está justificada. Son varios mis directores fetiche, pero son sólo tres los directores vivos que a mi entender están creando un lenquaje cinematográfico propio: Wong Kar Wai, Baltasar Kormákur y Kitano Takeshi. Directores de los que basta con ver algunos fotogramas de sus películas, para identificar de inmediato su procedencia.

 

Dos de mis actores favoritos, unidos en un anuncio de café. De Asano Tadanobu ya hablé aquí en otra ocasión, como el valor joven más en alza de todo el panorama cinematográfico japonés. Y de Terajima Susumu poco hay que decir de todo un clásico, habitual de las películas de Kitano, y al que los papeles de yakuza atormentado le sientan como un guante

 

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