ICONO DEL ARTE POP AMERICANO. GARY BASEMAN
"Morimos y nacemos constantemente"
Tengo 46 años. Nací, crecí y he vuelto a Los Ángeles. Me gradué en Comunicación en la Universidad de UCLA. Me divorcié hace 3 meses y vivo con 4 gatos. Votaría al partido que defendiera la libertad de vivir tu vida. Soy hijo de judíos polacos sobrevivientes del holocausto, pero no soy religioso. Expongo en la galería Mercado (Barcelona)
ARTE DE MASAS
Su trabajo impregna todos los medios: desde la televisión, el cine y las artes gráficas hasta las galerías de arte, los productos de consumo y el mundo de los juguetes. Hace dibujos animados para la Disney y ha creado la identidad visual de Cranium, el juego más vendido. Sus juguetes de arte de edición limitada están al frente del nuevo movimiento Art Toy y se venden en todo el mundo. Como pintor ha expuesto en galerías de Nueva York, Los Ángeles y Tokio, y sus originales cuelgan en prestigiosas colecciones permanentes de museos de todo el mundo. Lo entrevisto en El Rosal, un bar del Born, donde sigue dibujando a la tierna Venison, una de sus criaturas fantásticas cuya historia, contada en óleo y en dibujos, cuelga de la galería Mercado hasta finales de julio.
IMA SANCHÍS
Me acabo de separar de una mujer a la que amo pero con la que no puedo vivir.
- Eso es duro.
- No es la primera vez y es parte de la vida. Al mismo tiempo, mis padres celebran los 60 años de matrimonio.
- Cuando se trata de sobrevivir, las dificultades unen.
- Sí, mis padres, judíos, perdieron a toda su familia durante la guerra.
- ¿Le contaron el horror del holocausto?
- Mi padre cuenta historias de supervivencia y de lucha pero obvia las de terror.
- ¿Todo eso está en su arte?
- Sí, porque mi arte es un canto a la vida vivida al máximo, invita al deseo, al placer sin culpa; pero al mismo tiempo subsiste la amenaza de que la vida puede cambiar en un segundo, y si uno tiene la necesidad de protegerse puede volverse muy fiero.
- Yo siempre quiero más, más y más.
- Ya es usted uno de los iconos del arte pop americano.
- Siempre he mantenido un trabajo al margen del arte para poder ser independiente, pero eso no me ha hecho muy infeliz.
- Ilustrar para el New Yorker no está mal.
- Sí, y para The New York Times,pero no era suficiente, necesitaba explicar mi propio mundo creativo.
- Artista "pervasivo", ¿qué es eso?
- La solución: significa arte por todos los lados. No tengo prejuicios con el medio que utilizo, hago dibujos animados para cine, televisión, expongo en galerías de arte, hago personajes para productos de consumo (moda, muñecos de vinilo, colaboraciones con marcas como Kodak, Mercedes Benz o Nike) e incursiones en el mundo de los juguetes. Si el artista es íntegro, no hay problema, ¿qué más da el medio?
- Lo importante es que a usted le dé igual.
- Vivimos rodeados de soportes y de medios: móvil, correo electrónico, ropa... Todo lo que nos rodea transmite mensajes.
- Sí, es un poco agobiante.
- No hay tiempo de digerir la información, reaccionamos inmediatamente, vomitando pensamientos y sensaciones, por eso creo que hoy funciona lo que yo hago, un arte basado en iconos sencillos.
- ¿Arte para las masas?
- Eso es. Recuerdan a los dibujos animados, son seres oníricos. Utilizo la cultura pop y el surrealismo, ése es mi lenguaje de trabajo. Pero de lo que yo hablo es del deseo.
- Es usted bastante perverso.
- Cada colección desarrolla un tema en muchos dibujos, óleos y personajes de vinilo. Venison, por ejemplo, es una niña ciervo salvaje muy deliciosa para comer, pero también muy peligrosa, es deseo y es pudor.
- ¿Y cuándo tropezó con Venison?
- Decidí liberarme de mi estudio en Los Ángeles, salir a la calle a dibujar, que me diera el aire, ver pasar la gente, ser interrumpido. Así llegué a esta terraza del Born. Yo era un prisionero que huía; entré en un bosque, era tanta mi prisa y tan incierta mi dirección que me di contra un árbol y perdí el sentido.
- ¿Ésa es la historia que usted se monta?
- Verá, cada día me aparto más de las convenciones, así que tengo la sensación de que salgo de una prisión y corro. Cuando recupero la conciencia Venison está lamiendo mi sangre de la boca y acaba devorándome.
- ¿Y usted no se defiende?
- Mire, yo he salido de una relación afectiva que era una prisión, ya me va bien ser devorado por Venison, tan tierna, tan dulce...
- ¿Pero se le come o no se le come?
- Varias veces. Mueres un millón de veces y naces constantemente.
- ¿Y qué ha aprendido con tanto morir?
- A no repetir errores y ser capaz de disfrutar cada vez más de las cosas buenas.
- También tiene usted un personaje llamado el Idiota Feliz.
- Fue mi último trabajo de Nueva York, óleos que hablan de la belleza inalcanzable. El personaje es un muñeco de nieve enamorado de una sirena. Es tan fuerte su amor que decide derretirse para que el agua de su cuerpo deje vivir a su sirena.
- Poético...
- Pero ahí esta su álter ego hecho de carne y capaz de devorar a la sirena para satisfacer su propio placer y su ansia de belleza.
- La dualidad del deseo.
- Yo vivo y respiro esa dualidad. En mis cuadros los cuerpos se abren, deseo e impulsividad. No hay que temer abrirse para el mundo, no hay que temer los palos de la vida.
- ¿Cómo se llama este conejo?
- Suerte Tonta, hay óleos sobre él y también está en versión juguete de arte en edición limitada. Nos explica que los sueños tienen un precio. Este personaje deseaba un amuleto de la suerte, así que se amputó su propia pata y la sostiene en su mano.
- ¿Todos sus personajes tienen historia?
- Sí, y algunos aparecen repetidas veces en los cuadros porque su misión es importante. Estos pequeños fantasmas son los que mantienen nuestra memoria; éste es un yawmyamn y guarda las esperanzas. Y aquí tenemos al demonio Hotchachacha, que colecciona las coronas luminosas de los ángeles.
- En sus cuadros siempre flotan burbujas.
- Son las manifestaciones del deseo. Cuando amas se forman estas burbujas de vapor y cuando se encuentran con otras y se rompen tocan a los personajes.
- ¿Cuál es su miedo?
- No dejar tras de mí un trabajo bien hecho, no crecer, no arriesgarme, no sorprenderme. Lo importante no es lo que se consigue, sino cómo se vive, porque al final del camino lo único que te espera es la muerte.